El primer y principal peligro que guarda este tipo de gafas premontadas es el hecho de comercializarse fuera de los controles sanitarios. El obviar el control de sanidad permite introducir objetos de calidades ínfimas y dañinas para la salud visual sin ninguna traba. ¿Por qué no se regula este tráfico ilegal si es tan dañino?
En segundo lugar, utilizar este tipo de compensación supone un peligro para nuestra salud visual por el hecho de no realizarnos un examen optométrico adecuado. Sólo un profesional de la visión puede, en base a sus conocimientos científico-técnicos, graduarnos la vista y escoger la mejor graduación entre algo más de 200.000 casos posibles. No es algo baladí que podamos tomarnos a la ligera.
El uso continuado de este tipo de gafas de lectura premontadas o también llamadas de farmacia puede originar una serie de deficiencias en la visión que, a largo plazo, podrían derivar en problemas más graves:
• Incapacidad o errores en el cálculo de las distancias en un ámbito próximo. • Lagrimeo y aparición de cefaleas, dolores de cabeza y vértigos. • Imposibilidad de concentración, malestar, irritación y fatiga visual prematura. • Desarrollo o aumento de patologías visuales por la falta de control profesional. • Cansancio y bajo rendimiento visual y/o laboral. • Futuros problemas de adaptación a lentes progresivas. • Pérdida de visión en uno de los ojos por supresión o disminución de su uso. • Alteraciones en la acomodación y aumento descontrolado de la presbicia y otras deficiencias visuales. • Alteración del equilibrio oculomotor, provocando problemas de alineamiento (estrabismo). • Desequilibrios binoculares, astenopías y anisometropías.
Actualmente no existen deficiencias visuales susceptibles de ser compensadas de manera generalizada para toda la población. Por ello, se hace indispensable una adecuada evaluación del óptico-optometrista para detectar qué tipo de deficiencia presenta la persona y qué método de compensación individual y personalizado le sería más conveniente.
Debido a su fabricación industrial y de manera estándar, las gafas de lectura premontadas para cerca no se pueden adaptar de manera individual, ni siquiera cuando son comercializadas en establecimientos sanitarios de óptica. Por ello, no son válidas ni a largo ni a corto plazo para su uso de manera continuada como corrección de defectos refractivos comunes como es la presbicia o vista cansada.
Solo un pequeño porcentaje de la población, después de un estudio individualizado, podría ser considerado apto para el uso muy moderado de este tipo de gafas.
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